
Un cambio de palabras que todo lo cambia.
Un cambio de palabras que todo lo cambia
Hace unos días leíamos la carta de un cura misionero de un país africano. Se quejaba del morbo y la saña con la que algunos medios de comunicación habían tratado el asunto de los curas pederastas en los Estados Unidos. En su escrito condenaba estos hechos y se refería también a la cantidad de religiosos que están por el mundo salvando a otros niños, esos de los que nadie se acuerda. Este hombre recordaba los hombres y mujeres de la iglesia católica que han contraído graves enfermedades o han sido ametrallados ejerciendo su labor humanitaria con los que nada tienen.
Al punto de empezar a leer este texto, ya me estaba temiendo que el “pero” llegaría de un momento a otro. En su carta, el nexo de unión entre una parte y otra utilizó la conjunción adversativa “pero” que aunque su finalidad es unir o contrastar dos partes, lo cierto se usa para negar,...